Mis exequias á Bolívar
En ese ámbito de fervor patriótico, cuando comienza a erigirse la figura del Bolívar Olímpico, que aparece esta obra fruto de la excelsa pluma de Juan Vicente Gonzalez. En sus páginas podemos encontrar elementos que a la postre van a conformar la metodología del Culto a Bolívar: su presentación como un dechado de virtudes en lo moral, en lo político, en lo militar; su amor por la Libertad, su arrojo, su valor, su Justicia salomónica y como, casi de la nada, su constancia, contra todo pronostico, logra el cometido de la gesta emancipadora de un Continente convirtiéndolo en el Hombre de las Dificultades. El Autor deplora que la ingratitud se haya sebado en el Héroe convirtiéndolo en una suerte de Martir expoliado, víctima de la pequeñez miserable de sus mezquinos detractores que lo insultaron con encono, pero eso si, después de muerto; y en vista del escarnio a que fue sometido el Libertador por la vesania de sus enemigos, González con un lirismo exquisito, escribe esta obra como acto de desagravio a la memoria de Simón Bolívar, el Libertador, el hombre más notable y puro que haya visto la luz en esta parte del mundo y cuya fama como decía Choquehuanca, crecerá con los siglos como crecen las sombras cuando el sol se pone.